DHCP, el Protocolo de Configuración Dinamica de Máquinas (“Dynamic Host Configuration Protocol”), especifica un método para configurar dinámicamente los parámetros de red necesarios para que un sistema pueda comunicarse efectivamente. FreeBSD utiliza la implementación de DHCP proporcionada por el Internet Software Consortium (ISC) de tal forma que toda la información relativa a la configuración de DHCP se basa en la distribución proporcionada por el ISC.
Esta acción se denomina alquilar una dirección IP a un equipo cliente o facilitarle una concesión. En realidad DHCP permite configurar muchos otros parámetros más como pueden ser la máscara de subred, la pasarela por defecto, los servidores DNS y WINS, etc.
En redes de tamaño mediano el protocolo DHCP cumple muy bien las funciones para las que fue concebido pero, como veremos más adelante, también adolece de algunos problemas y limitaciones.
Esencialmente el funcionamiento de este protocolo consiste en que, cuando un cliente DHCP (uno de los ordenadores de nuestra Intranet) se inicia, envía un mensaje de difusión de manera que cualquier servidor DHCP pueda detectarlo. En este mensaje indica que se está iniciando y que necesita una nueva dirección IP.
Todos aquellos servidores DHCP que estén a la escucha (ya sea localmente o en una red remota) contestan a la petición de alquiler del cliente con otra difusión (el cliente aún no tiene asignada la IP por lo que se debe hacer de este modo para que pueda recibir la información). Cuando recibe la primera de estas ofertas el cliente siempre la acepta., enviando en ese instante otro mensaje de difusión informando de la dirección IP que acaba de aceptar, de manera que todos los servidores a la escucha sepan que la petición ya ha sido atendida. Por fin, el servidor DHCP que le alquila la dirección IP le devuelve una especie de “acuse de recibo” al cliente, el cual puede empezar a usar esta nueva IP sin problemas.
Si no se indica lo contrario este “alquiler” de la dirección IP se mantiene durante tres días, al cabo de los cuales el cliente debe solicitar una renovación. Si el servidor DHCP que hizo la concesión todavía está en funcionamiento, y la dirección IP no ha sido requerida por nadie tras haber expirado, se renueva el alquiler de manera automática. Si la dirección no estuviese disponible (por ejemplo, porque el cliente estuvo apagado durante varios días y se le ha concedido su IP a otro cliente nuevo) se deberá iniciar de nuevo el proceso de difusión para solicitud de un nueva IP.
Cuando el cliente de DHCP, dhclient, se ejecuta en una máquina cliente, valga la redundancia, comienza a enviar peticiones “broadcast” solicitando información de configuración. Por defecto estas peticiones se realizan contra el puerto UDP 68. El servidor responde a través del puerto UDP 67 proporcionando al cliente una dirección IP junto con otros parámetros relevantes para el correcto funcionamiento del sistema en la red, tales como la máscara de red, el “ router” por defecto y los servidores de DNS. Toda esta información se “presta” y es válida sólo durante un determinado período de tiempo (configurado por el administrador del servidor de DHCP). De esta forma direcciones IP asignadas a clientes que ya no se encuentran conectados a la red pueden ser reutilizadas al pasar determinado periodo de tiempo.
Los clientes de DHCP pueden obtener una gran cantidad de información del servidor.
martes, 10 de noviembre de 2009
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